Apuntes sobre tipos de sociedad civil en México

Gracias a los amplios y bastos estudios sobre sociedad civil que existen para el contexto de nuestro país, actualmente hay un consenso en torno a que en México se observan dos formas a través de las cuales se organizan y se expresan las organizaciones de la sociedad civil (OSC): por un lado está la llamada sociedad civil liberal y por otro la sociedad civil contrahegemónica.

El desconocimiento de la fundamentación teórica, política, ideológica y de la praxis particular de cada una de las expresiones de sociedad civil, ocasiona confusiones y estigmatizaciones como la evidenciada el pasado viernes 28 de agosto por Jesús Ramírez, actual vocero de la Presidencia de México.

La sociedad civil liberal está constituida por aquellas organizaciones que tienen una relación directa y estrecha con la estructura totalitaria neoliberal, en este marco, sus acciones están enfocadas a mantener las prácticas de negación y alienación de la vida, lo que incluye, entre otras características, la discriminación, el patriarcado, la desigualdad, la colonialidad, la exclusión, el despojo, la acumulación por desposesión, el extractivismo, entre otras muchas prácticas que han caracterizado y mantenido al modelo neoliberal imperialista. Para este tipo de organizaciones el sujeto activo es el capital, por lo mismo llevan a cabo una serie de acciones y mediaciones para desactivar cualquier intento por negar las prácticas de negación de la vida que las caracteriza.

Por otro lado, la sociedad civil contrahegemónica está compuesta por aquellas organizaciones y movimientos sociales que están a favor y en defensa de la vida, el sujeto activo para estas organizaciones es el pueblo, el cual, al constituirse como sujeto crítico de la totalidad fetichizada y su negatividad, concentra una hiperpotentia para articularse en procesos políticos de cuestionamiento y rebelión contra el bloque hegemónico vigente y así construir un proyecto político alterno, basado en la defensa de los derechos humanos, de la dignidad humana, y de las categorías sustantivas que le dan fundamento y esencia a la vida como totalidad alterna.

Ubicar de manera adecuada esta diferenciación, permite entender el proyecto político que persiguen y que apuntalan cada uno de los tipos de sociedad civil que existen en México; por lo mismo, el estigmatizar a organizaciones de la sociedad civil que defienden los derechos humanos y que construyen poder comunitario, a partir de sus fuentes de financiamiento, no sólo es desconocer la dificultad con la que trabajan y sobreviven las organizaciones y movimientos contrahegemónicos que han estado fortaleciendo al pueblo (entendido como colectivo histórico de los oprimidos) y su cultura popular alternativa, sino también, deslegitimar la capacidad de autogobierno y autonomía en la toma de decisión interna para ejercer sus recurso en aras de cumplir la misión para la cual está constituida la misma organización.

En este marco, poner en duda de manera ligera y mediática el trabajo que han llevado a cabo organizaciones de defensa del medio ambiente, de promoción y fortalecimiento de los derechos de pueblos indígenas, que documentan violaciones a derechos humanos en comunidades, coloca a quien realiza estos cuestionamientos más cerca de los postulados totalitarios fetichizados, que de aquellas posiciones que intentan construir proyectos políticos alternos basados en categorías como la solidaridad, la empatía, la igualdad y equidad comunitaria.

Soc. Víctor Daniel García G

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